Hasta no hace mucho tiempo, y muy a menudo desde que tengo conciencia, volvía a mi, la misma pesadilla.
Una y otra vez.
Al igual que cada día tenía su noche, muchas jornadas terminaban con esta pesadilla. No podía librarme de ella.
Hasta que un día, me pregunté si no se trataba de un mensaje oculto que yo no estaba entendiendo, y que por ello la vida me seguía poniendo frente a la misma experiencia.
Y fue el Tarot donde encontré la forma de desvelarlo.
Al igual que cada quien tiene una rutina antes de ir a dormir, yo tenía la mía: verificaba que la puerta estuviera abierta al igual que las cortinas de las ventanas, necesitaba que entrara toda la luz posible a través de ellas.
Solo de esa forma podía conciliar el sueño.
Y aunque yo supiera que me iba a despertar exaltada en medio de la noche, con la misma pesadilla recurrente, eso me hacía sentir cómoda.
Cada noche era igual: yo estaba dentro de una casa antigua de aspecto muy viejo, en la que empezaba a filtrarse agua sin parar, primero a través de las paredes, luego a través de las vigas y al final toda la casa se inundaba…
Yo podía sentir como toda la construcción cedía por la acción del agua.
Me invadía una angustia indescriptible al ver que ese techo podía caer sobre mi y ahogarme.
Es que a pesar de que la pesadilla me venía acompañando durante casi toda mi vida, la ansiedad al despertarme y revivir esas sensaciones, siempre se renovaba, como si fuera la primera vez.
Tenía que entender por qué me pasaba esto.
Y no se me ocurrió mejor herramienta para descubrirlo que el Tarot, así que, decidida a solventar esta situación, tomé la baraja e hice una auto lectura.
Allí comprendí que la casa metafórica que se destruía en mi sueño, era la primera que yo había habitado: el vientre de mi madre, y me hablaba de una circunstancia muy angustiosa que había vivido en su vientre, pero de la que yo no era consciente.
La carta que me desvelaba este mensaje era el arcano mayor número 16, La Casa Dios.
© Wilfried Houdouin tarot-de-marseille-millennium.com, XVI La Casa Dios o La Torre en marifranstarot.com
En esa carta aparece una casa con puertas y ventanas abiertas que se está viniendo abajo, donde los personajes se encuentran invertidos, como si hubiesen sido despedidos, o como si estuvieran haciendo cabriolas porque fueron liberados de esa casa que se destruye.
Fue una revelación, sabía que tenía que ver con el momento de mi nacimiento.
Así que enseguida la pregunté a mi madre sobre las circunstancias del momento en el que me dio a luz, y ella me contó que la anestesiaron para retrasar el momento del parto, por lo que salí con los pulmones desplegados y amoratada por completo, por aguantar tanto tiempo la respiración en medio del líquido amniótico.
Allí estaba la respuesta.
El Tarot me había conectado con ese momento angustioso de mi propio nacimiento, en el que la barriga de mi madre, esa casa donde yo había vivido tantos meses de forma placentera, de repente se había llenado de líquido amniótico mientras yo sentía como me ahogaba.
Y era por ello que mi rutina de dejar todo abierto por la noche, estaba relacionada con mi nacimiento, pues estar a oscuras completamente, me devolvía al vientre materno y, al dejar todo abierto antes de dormir, me llevaba a rememorar que yo tenía salida, porque veía la luz para salir de esa situación angustiosa en medio de la noche.
Ver la puerta abierta y la luz entrando por la ventana, me reconfortaba porque me dejaba la posibilidad de no quedar atrapada y asfixiarme; podía salir a la luz, a la vida.
Y así fue que la sanación fue instantánea, pues ya había comprendido el mensaje.
Una vez más, y en carne propia, sentí como el Tarot ayuda a sanar, porque a través de él pude poner orden en mi inconsciente, y desvelar el mensaje del arcano 16 sobre esa pesadilla que me había martirizado durante tantos años, a pesar de que yo había sobrevivido y salido adelante.
Así que, al poner orden en esta memoria pude archivarla y dejar de revivirla de manera constante.
Y por fin pude dormir de corrido toda la noche…
El Tarot tiene el gran poder de hacerte consciente de todo aquello que acarreas contigo, y que te lastra de forma inconsciente, como es el caso de las pesadillas. Y también de actuar como el bálsamo que revela lo que es invisible a tus ojos pero vive en ti a través de tus sueños y pesadillas.
¿Qué pesadillas son recurrentes en ti?
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Hola,es muy interesante tu historia sobre cómo descubriste el porqué de esa pesadilla.
Yo lo que en general suelo soñar o tener en sueños cuando hay algo angustiante o feo, es que voy a los baños del lugar en donde esté en mis sueños y muchas veces sino en todas, los baños están muy sucios.
Eso es algo muy recurrente en mis sueños. He buscado información sobre sueños de «baños» pero como que no coincide.
Muchos saludos!
Hola Cinthia, muchas gracias por compartir tu experiencia con las pesadillas recurrentes.
Las imágenes que aparecen en nuestros sueños tiene que ver con nuestro universo onírico personal y muchas veces es difícil descifrarlo sólo con las definiciones » de libro» porque no abarcan toda la profundidad y matices que pueda tener tu experiencia.
Yo te recomiento que uses el Tarot para preguntar a tu propio inconsciente qué debes integrar en ti para que ese mensaje que recibes en sueños se alivie y se libere. En mi caso, interpretarme el Tarot para mí misma es la clave para resolver y sanar estos sueños recurrentes. Y eso es uno de los pilares de la formación en Tarot evolutivo y terapéutico que imparto desde hace años: leer el Tarot para unx mismx y así desvelar todos estos mensajes cifrados.
Un abrazo y espero resuelvas tu pesadilla.
Sueño siempre con la voz de un hombre q me llama x mi nombre no identifico si es mi padre o mi hermano
Hola María, si lo identificas como alguien de tu familia sería adecuado que intentaras averiguar por qué te llaman. En el caso que sean personas fallecidas es posible que seas una Barquera y no lo sepas. Estamos preparando un workshop precisamente de Barqueras del Alma, consulta las formaciones de la web y te envío la información. Creo que te va a interesar mucho si esos dos seres queridos están «al otro lado». Abrazo.