¿Conoces la Historia del Tarot? II en marifranstarot
Con la invención de la imprenta por parte de Gutenberg en 1450, los mazos de Tarot empiezan a producirse en serie.
En los inicios de la imprenta, el papel era caro, así que las tabernas eran las poseedoras de los mazos de Tarot por ser lugares de esparcimiento y reunión habitual del pueblo llano.
Poco a poco se difunde el Tarot como baraja de juego (de hecho aún existe un juego en las cartas que se llama Tarot).
A medida que los costes del papel bajan, los mazos de Tarot pueden ser producidos en serie y en grandes cantidades y se expandirá su aparición en todos los hogares.
Además de la popularización del Tarot, otra consecuencia que traerá la impresión del Tarot, será la uniformidad de las imágenes que se imprimen. Así como también la aparición de los números en las cartas, ya que, anteriormente, en los Tarots renacentistas, las cartas no estaban numeradas. Éste es el momento histórico en el que aparece el Tarot de Marsella.
Es sólo a partir del siglo XVIII, con el nacimiento de los movimientos ocultistas, que crece la convicción de que el Tarot no es un simple juego, si no que es depositario de un saber original. Al movimiento ocultista pertenecen grupos con la presunción de tener la Verdad sobre el Tarot y de ser elegidos.
Desde este enfoque, producen una serie de mazos de Tarot atendiendo a un código de imágenes interiores personales o colectivas (ocultas) a esa linea de pensamiento, donde se mezclan la Cábala (tradición judía esotérica en la que hay una correspondencia entre el alfabeto y los números) y la Alquimia.
Antoine Court de Gébelin, en un abultado estudio de 9 volúmenes, ahonda en la idea de que el juego del Tarot tiene su origen en el antiguo Egipto.
En este punto se inician los intentos por hacer creer que el Tarot actual era una perversión del Tarot original, que tenía su origen verdadero en Egipto.
A pesar de estos intentos, está claro que el Tarot de Marsella, y los demás mazos antiguos que se conservan del Renacimiento, son sumamente católicos, pues las imágenes que aparecen son indiscutibles (El Papa, La Papisa…) y por tanto, toda conexión con lo egipcio no deja de ser artificial.
En el siglo XIX, el movimiento ocultista se expande a Inglaterra y durante el siglo XX emergen más sectas que intentan de nuevo, recrear el Tarot original. La Golden Dawn es uno de esos colectivos.
Aparecen multitud de diseños que se ajustan a lo que se supone que era el conocimiento perdido, pero en los que todo está hecho con intención: lleno de simbología, colores, etc. De esta época es uno de los más famosos: el Tarot Rider-Waite, de la artista Pamela Colman Smith.
Los códigos que se exhiben en estas cartas son códigos de sociedad oculta, herméticos, códigos cifrados que se contraponen a la inocencia del Tarot de Marsella.
En la actualidad, disponemos de multitud de mazos de Tarot.
Personalmente, tengo un especial interés en el estudio y reconstrucción del Tarot de Marsella, con ejemplos notables como el rediseñado por A. Jodorowsky y P. Camoin y también por la magnífica recuperación de esta familia histórica de mazos que está llevando adelante Yves Reynaud y Wilfried Houdouin.
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